Cosas de ser autónomo

Hoy quería hablaros de algo diferente (tanto en forma como en contenido) y como me hacen mucha gracia las entradas con gif como las de Weloversize o las de mi amiga Carlota en Facebook, voy a copiar descaradamente la idea para contaros cómo es ser autónomo (para mí). Un dato importante a tener en cuenta es que lo compagino con un trabajo asalariado, que es el que me da un salario todos los meses.

Los comienzos son duros


Acabas tu carrera con mucha ilusión, lleno de ideas y con poca (o ninguna) experiencia laboral. Esto se acentúa más en ciertas carreras y aún más si no optas por la salida que parecen inculcarte (ejem, profesor, ejem). Así que con tu título bajo el brazo (o el resguardo que acredita que lo has pagado) debes abrirte paso en el mundo laboral, lo cual nos lleva a...

La caza del cliente


Vas a mirar hasta debajo de las piedras para buscar tu primer encargo. Lo más parecido a un consejo que puedo dar es: "inténtalo". Nunca pierdes nada por preguntar si en la empresa que te gusta podrían tener un puesto para ti. De hecho, mi primera corrección profesional fue tras preguntar a HT Publishers si necesitarían gente para revisar Crítico y mi primera traducción al preguntar en Biblioteca Oscura si podría ayudar a traducir Hombre lobo: el Apocalipsis. ¡Y llevo tiempo con ambos!

Te dará consejos todo el mundo...


Atentos al gran consejo de conocidos y familia poco allegados: "¿Y por qué no curras de (inserte aquel trabajo que menos le interese)?". Es como si creyesen que no has pensado en ello. ¿Para qué hacer un máster en traducción literaria si en el fondo quiero ser profesora? ¿Por qué trabajo en una cafetería y no en una academia si en el fondo quiero enseñar? ¡Llamemos a Iker para resolver este enigma!

Además suele ser gente de otros oficios, no es que sean traductores, filólogos o incluso profesores buscando gente a la que reclutar. Pero chica, ¡ellos sí saben lo que tú necesitas! ;)

Sé insistente


"Be ferret my friend"... o lo que es lo mismo: inténtalo igual que si fueses un hurón, con todas tus ganas y como si fuese lo único en el mundo. Da igual si ves que no te responden los a correos las editoriales, si durante un tiempo no sabes nada de tus jefes habituales... lo que importa es dar lo mejor de uno mismo y esforzarse por mejorar. Si les gustó tu trabajo, volverás a tener noticias de ellos.

Nunca dejes de formarte


Da igual lo mucho que hayas estudiado y tus notas, siempre puedes aprender algo más o algo nuevo. Hay gente que ofrece cursos muy buenos, hay temas que apenas habrás tocado en la carrera, hay programas y tecnologías que te pueden ayudar en tus labores y un montón de sitios de consulta más que interesantes que te sacarán de apuros (gracias RAE, gracias diccionarios monolingües de inglés). Intenta apuntarte a congresos y conferencias para conocer a otros compañeros y sus labores, interésate por las asociaciones y busca jornadas. ¡No dejes de aprender!

Para los filólogos recomiendo dos vídeos que me inspiraron mucho durante la carrera, el primero es de Ignacio Iribarnegaray (alias Vanfunfun) y el segundo de Elena Álvarez Mellado (alias Lirondos). Es ver su trabajo y me encantaría hacer cosas tan molonas como ellos. Si eres más de traducción puedes ver cómo hay gente peleando por sacar trabajos de autoras del afrofuturismo como Carla Bataller Estruch o ver cómo escritoras como Rocío Vega van publicando relatos en diversas antologías. ¡Inspírate en los demás y lucha por seguir creciendo!

Las bibliotecas son templos del conocimiento


Otro consejo general: usad las bibliotecas todo lo que podáis. No solo están llenas de libros y tienen sitio para hacer consultas allí, sino que puedes pedir desideratas de libros que necesites (con suerte los compran, pero inténtalo al menos) y algunas tienen además sitios muy cómodos para pasar largas estancias. Si además tienes ordenadores o Wifi, no lo dejes escapar.

 El transporte público es tu amigo


Si no lo descubriste en tu etapa de estudiante, va siendo hora de aprovechar esas horas en transporte público para leer, trabajar o formarte. Os aseguro que puedes llevar una asignatura al día o leer un montón de libros y cómics en esos trayectos. El logro es conseguir aislarte del entorno y no saltarte tu parada... o quedarte dormido.

Prepárate para las urgencias


En ocasiones al cliente se le echa el tiempo encima y necesitará un trabajo muy rápido que le saque las castañas del fuego. Valora si merece la pena darse un atracón de trabajo para conseguir algo en un plazo que roza lo imposible y piensa en qué calidad vas a poder ofrecer por dicha limitación. ¿Estás dispuesto a asumir los riesgos?

Hacienda es tu segundo hogar


Asúmelo, tu oficina de Hacienda va a ser tu segundo hogar salvo que puedas permitirte un gestor: alta de autónomo, alta en actividades (si desempeñas más de un trabajo, como yo con la traducción y la corrección), alta en ROI si vas a trabajar con empresas comunitarias y la querida Renta (por suerte desde hace un par de años los autónomos ya podemos usar el programa PADRE) van a volverse muy familiares. Además, vas a tener que marcar en el calendario las fechas de todos esos trámites porque sino te va a caer una buena multa. 

Eso si, ve cargado de paciencia, buen humor y amabilidad, que siempre abre puertas y serán más majos si no eres un capullo. ¡Gracias desde aquí a todos los funcionarios que han tenido infinita paciencia con mis infinitas dudas!

Vigila tus finanzas

Salvo que seamos Bruce Wayne o Tony Stark vamos a tener que controlar mucho los gastos... especialmente cuando se acerca la hora de pagar los impuestos, la cuota de autónomo o la seguridad social. Recuerda que no todos los meses vas a tener un dinero fijo (y por eso tengo "otro" trabajo).

Busca la estabilidad


Es raro que de primeras encuentres al cliente de tus sueños y tener uno de esos trabajos hasta que te jubiles solo con él. Seguramente tengas que compaginar varias cosas (e incluso un trabajo asalariado) para poder tener cierta independencia económica y una habitación propia para escribir.

Aunque también os digo el consejo de mi madre: no os acomodéis en algo que no os llene. Esto es especialmente válido para aquellos que no tenemos cargas familiares. Seguro que hay un montón de trabajos mal pagados, sin ventajas y con mal ambiente esperando, así que valorad vuestra salud y nunca os conforméis con "lo malo conocido".

Ser un mercenario no es malo


Con suerte vas a trabajar para varios clientes ¡y eso es maravilloso! Piensa en todos los proyectos molones en los que vas a estar implicado. Aquí estoy recopilando los míos.

Dedica un tiempo a estar fuera


No puedes estar todo el día encerrado, así que deja un rato para dar un paseo o hacer alguna actividad física que te guste. ¿Qué tal senderismo los fines de semana? ¿O una escapada en vacaciones a algún paraje natural chulo? Disfruta de la naturaleza o el deporte y desconecta un rato.

Deja que te mimen


Cuando estés hasta arriba de encargos y creas que no puedas más, recuerda que siempre hay gente que se preocupa por ti y harán lo que sea para que estés bien: interminables conversaciones telefónicas, mañanas con un tecito o tardes con un buen batido, maratones de cine o series, cooperativos en el ordenador o consola... Nunca descartes ese tiempo con los tuyos.

¿Y ahora qué?


Has estado formándote, has estado buscando a tus clientes y te mueres de ganas por trabajar... solo te queda una cosa por hacer: ¡sal a comerte el mundo! Mucha suerte en tu nuevo viaje :)

PD: Casi todos los gif son de series o películas de Marvel pero también de Brooklyn Nine-Nine, Black Lightning y uno de un hurón. Ninguno es mío, así que si os gustan ¡felicitad a sus respectivos creadores!

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