Mis lecturas de 2018

Después del ajetreo de las fiestas, me gustaría compartir una pequeña reflexión sobre mi experiencia lectora de 2018, por si os descubro algún autor u obra. Durante dicho año leí un total de 55 títulos, más tres obras relacionadas con mi trabajo de las cuales aún no puedo hablar. En este conteo no entran los artículos de blogs o revistas que he leído ni los capítulos sueltos de obras (ya fuesen por trabajo o curiosidad, como comento más adelante). Esta cifra supera mis lecturas de 2017, año en el que leí solo 34 obras.

Prefiero empezar este artículo por la parte mala y acabar con algo positivo, así que comenzaré contándoos que he abandonado un libro, una novela que tuvo su propio hilo en mi cuenta de Twitter, y todavía no tengo claro si darle una segunda oportunidad. Hay más títulos que he dejado temporalmente aparcados, pero muchos han quedado como objetivos para 2019.

Intenté dos pequeños «retos» de lectura durante el año: uno veraniego por idea de Kano dedicado al rol y otro centrado en autoras en octubre. La verdad es que en ambos casos quise abarcar demasiado y no fui muy realista. Del reto rolero pude leer tres de los libros que comentaba y parte de dos, que quiero terminar este año. En el reto de autoras me propuse siete obras, leí dos completas y sigo enfrascada en la relectura de Un pavo rosa (acto I): ¿A quién llamas Dulcinea? Aunque también me sirvió para conocer más autoras. ¿Conclusión? Debo ajustar mejor los retos, y más teniendo en cuenta que tengo un trabajo donde tengo que leer varios libros, incluyendo documentación.

A veces tengo la sensación de que me dejo llevar por la emoción de la lectura y doy puntuaciones quizá algo altas a los libros (mi valoración media ha sido 3,8 en 2018), pero también me muevo por una serie de temáticas que creo que me van a gustar de entrada (sinceramente, no me apetece perder el tiempo con obras que no me parecen interesantes). Sin embargo, he dado dos estrellas a varias obras, que no son necesariamente malas, si no que no eran para mí, y os quiero hablar de mis motivos (podéis leer las reseñas completas en Goodreads):
  • El caballero vampiro de Matsuri Hino (Panini) era un manga que estaba claro que no me iba a gustar, pero me lo regalaron en un salón del manga y me parecía feo no leerlo. Me parece una obra bastante predecible, que se sale poco del género, repetitivo dentro del mismo número y hasta puedo aventurar el final con este primer tomo. No he encontrado nada que me enganche para seguir leyendo esta obra.
  • «La red antisocial» de Coral Carracedo me gustó bastante en general, pero algo no me funcionó en el desenlace del relato. El mundo que crea en unas pocas páginas esta autora me resulta muy interesante y tiene un punto muy bueno de crítica social, pero no me convenció esa revelación final, quizá por expectativas infundadas. Sin embargo me encanta lo que llevo leído de Sicalípticas (y me muero de ganas de leer la obra terminada); por ello, sigo apostando por esta nueva escritora y sus textos (podéis ser sus mecenas en Patreon).
  • Aisha de Lourdes Tello (Suseya) es una obra que, si bien le puse tres estrellas en Goodreads, y sigo siendo la única persona que ha escrito una reseña de este libro allí, creo que se merece 2,5 realmente. Tiene buenas ideas, pero le falta o un buen corrector de estilo o un editor revisando la obra para pulir tanto erratas como algunos fallos de estilo. Con eso solucionado, creo que sería una buena lectura para el instituto, especialmente en la Comunidad Valenciana, ya que la historia se desarrolla en Cullera y da pie a preguntas sobre su historia y geografía. Quizá otra persona pueda disfrutar más de esta obra, así que es una de las que va a salir de mi biblioteca.
  • Y la opinión impopular rolera es para Apocalypse World de Vincent Baker, obra que leí para la traducción de Monsterhearts (del que os hablé en esta entrada), y que creo que tiene algunas muy buenas ideas (me encanta el capítulo donde habla de la creación del juego y qué pasó en sus pruebas) pero no puedo con el estilo de escritura de su autor. Es un juego cuya lectura se me atragantó bastante y que, aunque no me importaría probarlo, no sería de mis primeras elecciones en unas jornadas roleras.

Volviendo a la parte buena, os presento la «cúspide de valoraciones», adelantada por la imagen que abre el artículo, donde tenemos nueve obras que entran dentro de novela, relato corto, cómic o ensayo (que también es una buena muestra de qué he leído en general):
  • En el apartado de novela tenemos Los lobos también lloran de Farley Mowat (publicado por Tundra y traducido por Víctor J. Hernández), una historia de corte biográfico donde acompañamos al autor durante un estudio sobre el lobo y cómo cambió su percepción sobre ellos, y Binti de Nnedi Okorafor (publicado por Crononauta y con una magnífica traducción de Carla Bataller Estruch), mi primer acercamiento al denominado «Afrofuturismo», a esta autora y la primera parte de una trilogía donde destacan los personajes y la creación del mundo en muy pocas páginas.
  • Como cómics tenemos al autopublicado El oso formato longaniza: la vida con un hurón de Roberto Trascasas, una recopilación de sus tiras cómicas de internet con varios añadidos y que os divertirá si os gustan las historias de animales, y La sociedad de los dragones de té de Katie O'Neill (colaboración entre Brúfalo y La cúpula, con traducción de Natalia Mosquera) donde seguimos la vida de Greta desde que salva a un dragón del té y cómo aprende a cuidar a estos seres, entre otras cosas. Una obra que te deja el corazón calentito y feliz.
  • En la sección de relatos tenemos Fábulas y leyendas de Corea (publicado por Quaterni con traducción de Eva González Rosales) que es un gran acercamiento a la tradición coreana y su mitología y que lo puedes leer en una tarde de lo que engancha y Knock Out: tres historias de boxeo de Jack London (publicado por Zorro rojo con traducción de Patricia Willson, que me desencantó con algunos anglicismos) del cual destaco la profundidad y psicología de los personajes junto al estilo narrativo tan cautivador de London.
  • Finalmente, en ensayo tenemos dos obras de Chimamanda Ngozi Adichie (de las que ya os hablé en el blog): Todos deberíamos ser feministas (traducción de Javier Calvo) y Querida Ijeawele (traducción de Cruz Rodríguez Juiz), ambas de Penguin-Random House y con un estilo bastante cautivador, y una recopilación de diferentes textos de Kameron Hurley: La revolución feminista geek (editado por Runas con traducción de Alexander Páez) donde toca numerosos temas: literatura, cine, sociedad e incluso feminismo. Para mí tan imprescindible que regalé una copia a un amigo escritor para que se inspire.

Mención especial para Bifobia: etnografía de la bisexualidad en el activismo LGTB de Ignacio Elpidio Domínguez Ruiz (Egales) por ser un gran ensayo académico sobre la bisexualidad en España, Futuros perdidos de Lisa Tuttle (Gigamesh, traducido por Laura Martín de Dios) por enganchar de principio a fin con un misterio y la vida de Clare Beckett y ¡Sí, mi capitana!: la leyenda del monstruo marino de Diana Gutiérrez (publicado por Café con leche), una autora por la que siento predilección, por combinar aventuras y piratas (Mary Read y Anne Bonny) con humor y sexualidad sin tapujos.

Hacía bastante que no leía tanto manga, años seguramente, y el culpable es Citrus de Saburo Uta (publicado por Ivrea con traducción de Pablo Tschopp), una serie yuri que me ha enganchado totalmente y que espero completar en 2019. Me he animado más a leer en digital, con lecturas como «Pequeños gestos», un relato del mundo de Horizonte rojo de Rocío Vega (podéis ser sus mecenas aquí), o el ya mencionado Sicalípticas de Coral Carracedo. También he continuado adentrándome en sagas, como por ejemplo la iniciada por Guía del autoestopista galáctico  de Douglas Adams con dos obras en 2018: La vida, el universo y todo lo demás, seguido algo más tarde de Hasta luego, y gracias por el pescado que fue mi profundización en esta saga, aunque el cuarto libro me dejó peor sabor de boca que los anteriores. Como curiosidad final quería comentar que ha sido el año en el que he leído más «comienzos» de libros gracias a las páginas de avance que incluyen algunas editoriales. Si formas parte de una editorial y estás leyendo este artículo, por favor, plantéate incluir unas páginas de avance del principio de tu obra en tu página web, algunos lo usamos para decidirnos cuando dudamos solo con la sinopsis de la obra.

Este ha sido un esbozo de mi año de lecturas durante el año del perro, pero llevo ya unos días adentrándome en nuevos mundos y conociendo (o volviendo a visitar) a autores que me encandilan y emocionan. ¿Cómo fue vuestro año lector? ¿Con qué obras habéis disfrutado más?


Más información:
El peso del aire - Lo mejor de 2018 (literatura, manga, anime y otras obras japonesas)

Publicar un comentario

3 Comentarios

  1. Mi año lector ha sido como la ordura de un profesor de Miskatonic: impredecible y tirando a lo inexistente x__x
    Binfi es una pequeña maravilla y me alegro que ae tradujera al español. The Geek Feminist Revolution es el libro más importante que se ha publicado en el s. XXI que haya salido del mundillo. La edición eapañola me parece lamentable, empezando por encargarle la traducción a un tío. Sic transit gloria mundis...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un año lector siempre es un poco impredecible, así que por esa parte no te preocupes ;)

      Binti me enamoró y aún tengo la segunda parte pendiente. Pinta a que compraré todo lo que publique Crononauta sobre la autora, que además estará traducido por Carla Bataller Estruch, cuya labor me gustó mucho en Binti precisamente. Creo que es ahora mismo la experta en Nnedi Okorafor en español por mérito propio.

      En cuanto a la edición española de La revolución feminista geek no estoy de acuerdo. Alexander Páez hace una buena labor (quitando, y a título personal, que para mi el plural de trol en español es troles) y ya fue traductor de Hurley en Las estrellas son legión. De por sí también me gusta mucho lo que publica en su blog: http://dondeterminaelinfinito.blogspot.com

      Por cierto, ¿has visto el proyecto editorial de Ménades? Apuestan por rescatar autoras y precisamente Carla es una de las traductoras que han "fichado": https://www.verkami.com/projects/22422-menades-editorial-publiquemos-a-mujeres

      Eliminar
  2. Este año el libro que más me ha gustado ha sido Playing at the World, un ensayo sobre los orígenes de D&D. Profundo en su investigación, muy bien documentado y con la suficiente información como para que te hagas una idea muy buena del carácter de sus creadores pero también la suficiente objetividad como para no imponerte las creencias o la opinión del autor. Me ha encantado.

    ResponderEliminar