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Animal Crossing New Horizons: un oasis de calma

Todos pasamos el día de acá para allá y no siempre encontramos una oportunidad de hacer una escapada de fin de semana para desconectar. Pero siempre nos podemos contentar con jugar a un simulador de vida donde nuestro avatar esté en un entorno tranquilo y con amigos. Y esa es la premisa de la saga Animal Crossing: disfrutar de momentos agradables, con varias ocupaciones relajantes y en buena compañía. Aunque olvidaron advertirnos sobre Tom Nook...

La salida de Animal Crossing: New Horizons coincidió con la pandemia del coronavirus y el confinamiento en España, así que muchos buscamos refugio en este mundo virtual para disfrutar de unas pequeñas vacaciones de esa vida cotidiana. Poco a poco se convirtió en un pequeño fenómeno social y muchos grupos de amigos discutían cosas como el precio de los nabos en su isla o se avisaban cuando sus vecinos tenían recetas. ¿Te animas a acompañarme en mi particular viaje por esta nueva entrega de la saga?

Título: Animal Crossing: New Horizons
Desarrolladora y editora: Nintendo
Directora: Aya Kyogoku
PEGI: 3
Plataforma: Nintendo Switch
Publicación: Marzo 2020
Número de jugadores: 1, multijugador (local y online)
Voces y subtítulos: En español

¡Prepárate para iniciar tu nueva vida en una isla desierta paradisíaca!

Gracias por elegir el Plan de Asentamiento en Islas Desiertas. Relájate. Retoma el contacto con la naturaleza. Cambia de aires y vive como te plazca.

Construye tu vida desde los cimientos. Disfruta de la belleza de las cuatro estaciones. Goza de la vida en una isla... ¡en compañía!

En esta ocasión voy a orientar este artículo de una forma diferente: en lugar de hacer una reseña de corte más tradicional os voy a contar cómo fue mi experiencia de juego y por qué vuelvo a él cada vez que se acerca un evento, aunque sea para conectarme un ratillo y descansar del trabajo.

Mi aventura comenzó un 27 de junio de 2020, aunque estuve los meses previos al lanzamiento siguiendo todas las noticias con mucho entusiasmo y echando muchas horas en Pocket Camp, un juego de la saga para móviles, para asegurarme de la compra. Como ya conocía la experiencia de otros jugadores, los primeros días de juego me dediqué a tomar algunas notas de los cambios en mi islaBaralku, y miré en algunas guías cómo conseguir ciertos objetivos, como la apertura del museo de Sócrates. Esta historia comienza así:

Llegas al aeropuerto como parte del Plan de Asentamiento en Islas Desiertas de Nook Inc. y te dan la bienvenida Tendo y Nendo, dos pequeños tanukis. Y lo primero que te preguntan es tu nombre y tu cumpleaños: por ahora lo normal. Luego te dejan prepararte para la fotografía del pasaporte (lo que te permite elegir si eres un insulano o una insulana) para salir bien. Siguen con las preguntas, como si vivimos en Europa o en otro lugar (por las estaciones que se verán reflejadas en la isla: las del hemisferio norte o las del sur), te enseñan cuatro mapas para que elijas una isla y te sueltan el clásico: «¿Qué llevarías a una isla desierta?». Embarcas en el avión un poco nerviosa, pero pronto sobrevuelas el que será tu nuevo hogar y eso siempre es emocionante.

Al llegar, Nendo y Tendo te reciben junto a tus dos primeros vecinos, que en mi caso fueron Rina y Saltonio. Luego escuchamos un discurso de bienvenida de Tom Nook delante de una simple tienda de campaña y un tablón de anuncios. Cuando termina te manda con el petate para montar tu tienda donde quieras. Esa noche hay un segundo discurso de Tom (se ve que le gusta), te preguntan por el nombre de la isla (en mi caso opté por Baralku, una isla mítica), te convierten en la portavoz vecinal, sin preguntar, y brindáis por vuestro futuro.

Pasas un ratillo charlando con tus nuevos vecinos antes de irte a dormir, ya que es una buena idea ir sembrando una amistad. Cuando por fin te vence el sueño y vuelves a tu tienda de campaña, recibes una visita en sueños: Totakeke te habla de tu viaje a la isla (además de ser un guiño a la saga, el diálogo mola porque tiene un montón de referencias a razas de perros y refranes muy bien llevados: un gran trabajo del equipo de localización).

Después de tu primera noche en la isla, el bueno de Tom va a tu tienda y te da tu propio Nookófono, mola, ¿no? ¡Resulta que ahora le debes 49 800 bayas y te lo dice tan pancho! ¿Pensabas que te ibas a librar del capitalismo en este videojuego? ¡Error! Si hasta tus vecinos te dicen que es raro que te explique algo sin querer cobrarte. Eso sí, Tom también es un poco víctima, porque a cualquier hora del día y de la noche está trabajando en la oficina de gestión vecinal y puedes ir a hacerle consultas. ¿De qué le valdrá tener tantas bayas si luego no tiene vida?

Tus primeros días son una toma de contacto con tu nueva vida: Nendo y Tendo te explicarán lo que necesitas conocer, Tom Nook te impartirá un taller de bricolaje para que aprendas a crear herramientas y muebles y, cuando le entregues algún animal, se preguntará por el ecosistema de la isla. Si llevas más se animará a llamar a Sócrates para que venga a investigar. Pero, como siempre, te toca a ti planificar dónde van las cosas en la isla, que para eso te han nombrado portavoz vecinal. Un cargo sin sueldo ni seguridad social...

Cuando eches un vistazo a ese nuevo Nookófono tan caro que tienes verás que hay un programa de millas Nook por cumplir objetivos. El primero lo cumples tan solo por llegar a la isla y abrir la aplicación, pero pronto descubrirás qué otras cosas te dan esta nueva moneda. Y te aseguro que te viene genial porque no tienes ni una mísera baya cuando llegas, así que más te vale mover el culo para conseguir dinero vendiendo las cosas que recolectes, que has llegado con una hipoteca bajo el brazo.

En el Nookófono también tienes otras aplicaciones que te pueden interesar, como la clásica cámara, una capturapedia para saber qué has atrapado en la isla, creaciones donde puedes ver los proyectos de bricolaje, mis diseños (bastante autoexplicativa), un mapa por si te pierdes, tu pasaporte, la opción de hacer una llamada local, pedir un rescate si te has metido en un sitio del que no puedes salir y, más adelante, podrás pedir licencias de obras públicas para hacer cambios en la isla. ¡No hemos reparado en gastos!

Tom Nook te despertará todos los días con un boletín informativo con noticias como la apertura del aeródromo de Rafa y Rodri, que también hace las veces de estanco y oficina de correos porque te permite mandar postales. Al principio Tom Nook y sus ayudantes están instalados en una tienda y gracias a tus recolecciones conseguirás los materiales para que se construyan el ayuntamiento y la tienda. Aquí estamos, apoyando al monopolio local porque no puedes irte a otro lugar a comprar...

Te vas a pasar el día persiguiendo insectos, pescando y desenterrando fósiles, todo sea por amor al conocimiento y ganas de saber cómo es el ecosistema de esta isla (y también para saldar tu deuda, claro). La flora no es tan variada, ya que solo hay tres árboles autóctonos aquí: pinos, melocotoneros y palmeras. Pero para eso están los amigos, para intercambiar otras frutas y aumentar la diversidad de la isla. También puedes plantar todo tipo de arbustos, flores e incluso calabazas cuando se acerca Halloween.

Como la isla solo tiene seis habitantes, el boca a boca será fundamental para que poco a poco tu isla gane vidilla con la llegada de nuevos habitantes con papeles claves para el funcionamiento de la isla, como Sócrates para estudiar la fauna, las Hermanas Manitas para abrir una tienda de ropa o Canela, que ayudará a Nook en el ayuntamiento con algunos trámites. Tanto ellos como tus nuevos vecinos seréis los únicos que viviréis en la isla, aunque puedes recibir visitas de amigos y viajeros.

El día menos esperado recibes una visita sorpresa, la mayoría de estos visitantes tiene un puesto ambulante durante el día que aparecen como los de BetunioTili o Alcatifa o semanal como el de Juliana, e incluso llegan por «accidente», como Gulliver y su gemelo malvado (¡menudos sustos que dan!). Otros personajes te visitarán por un evento, como el torneo de pesca de CJ o la caza de bichos de Kamilo, o los que vienen en festividades como Carnaval o el Día del Pavo. Eso sí, ¡ojito con Ladino porque es peor que Nook! Aunque gracias a él tengo un cuadro con un hurón en mi dormitorio. Con el tiempo, y si tu isla se vuelve famosa, conseguirás que Totakeke se deje caer por allí para dar un concierto. ¡El sueño de cualquiera!

Los vecinos pueden ir y venir de la isla dependiendo de si se sienten cómodos o no. Normalmente llegarán a su nuevo hogar e intentarán forjar una amistad contigo, pero en ocasiones querrán ir a descubrir otros lugares y te consultarán si deberían marcharse. Algunos de mis antiguos vecinos incluyen a Anabel, Bernabé o Paloma y a otros les tengo gran cariño, como a Paolo o Tomeo. Cuando visitas otras islas con Dodo Airlines también puedes hacer amistades e invitarles a ir a tu isla.

Al final tienes tu casa y tu hipoteca, lo normal en cualquier vida, ¿no? Comienzas tu aventura viviendo en una tienda de campaña, pero cuando acabas con tu primera hipoteca Tom Nook no pierde las buenas costumbres y planta la semilla del mal en ti en cuanto saldas tu deuda: ¿Estás a gusto en tu tienda de campaña? Nada, por solo 98 000 bayas puedes tener una casa de una habitación. De ahí en adelante te pondrá ojillos para tentarte y que quieras una casa aún más grande. Pero ¿y si te lo has ganado con tus contribuciones al desarrollo cultural de la isla? Siempre estás ahí para los demás.

Si te gusta la decoración, la Academia de Artes Decorativas evaluará tu casa semanalmente y te dará consejos sobre cómo mejorar su aspecto. Tu isla también recibirá una valoración de acuerdo con criterios estéticos, aunque esta viene de parte de Canela. En ambos casos te darán sugerencias para mejorar o para que te animes a probar otras cosas. Entre las tiendas, el programa de bricolaje y las millas puedes darle un toque único a tu isla, a ese rincón donde te perderás durante horas.

Al final tienes tantas opciones para pasar el rato que es complicado aburrirse en la isla: puedes hablar con los vecinos y conocer su pasado y aficiones, puedes completar la enciclopedia natural de la isla y hacer donaciones al museo de los ejemplares capturados, puedes coleccionar arte, puedes pasear tranquilamente e incluso puedes dedicarte a crear el pueblo y el hogar que te encantaría tener. ¡Y en cada evento puedes hacer cosas nuevas y conocer a más gente! Todo esto me ayuda a desconectar del día a día y me hace querer dedicar un rato a la isla, solo pasando un rato agradable. ¿Qué harías tú en tu propia isla?

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